lunes, 7 de junio de 2010

Guatemala y su Volcán PACAYA


En Centro América uno de los países que más sobresale es Guatemala, por ser el Corazón del Mundo Maya, con toda su belleza ecológica, su pasado histórico, el don de su gente y el potencial natural y económico que ostenta.

La ciudad se encuentra en un extenso altiplano, a una altura de 1500 m. s. n. m. que alberga a unos tres millones de habitantes, es la capital de la república; sin embargo la Antigua Guatemala distante 45 kms., fue afectada por un fenómeno natural hace muchas décadas, habiendo siendo reconstruida con esfuerzo y buen criterio para convertirse hoy en gran atractivo turístico.

El jueves 27 de mayo nos sorprendió la erupción del imponente volcán Pacaya, que al precipitar una lluvia de arena y ceniza en toda la ciudad y lugares vecinos, afectó considerablemente a este país. Al promediar las 7 de la noche, nos encontrábamos por el centro de la ciudad, cuando de pronto sentimos la arena negra que con la lluvia intensa nos golpeaba la cabeza y el cuerpo, por cierto que los peatones corrían, buscando protegerse de algún modo. Cuando llegamos al parqueo, los vehículos estaban cubiertos por el material volcánico, siendo dificultoso y riesgoso podernos desplazar; aún así pudimos volver a la residencia, en la Colonia La Cañada, desde donde seguimos con cierta angustia este fenómeno natural que jamás lo hemos experimentado en el Perú.

A esta cólera endemoniada del Pacaya se sumaría después el azote de la Ágatha, tormenta tropical que llegó con vientos y lluvias intensas y que han ocasionado el estado de Calamidad en todo el país con pérdida lamentable de vidas, desbordes de ríos, desaparición de viviendas, locales escolares, sementeras, carreteras, puentes colapsados y por supuesto con graves estragos en el comercio, la industria, el turismo y la economía en general de este país que viene haciendo esfuerzos en su lucha contra la pobreza.

De hecho Guatemala es una linda ciudad, con su bello Palacio de la Cultura mandado a edificar por el presidente Ubico en 1939, frente a la Plaza Mayor, su Catedral, la Universidad San Carlos, el Ayuntamiento, sus avenidas llenas de verdor, sus edificios imponentes, sus lindas residencias que se ven como colgadas en los cerros que la circundan y el límpido cielo que semeja al de los pueblos andinos del Perú. Desde que arribé a Guatemala pude admirar sus volcanes cercanos, como el De Agua, el De Fuego, el Santiaguito y el Pacaya; pero no pensé ver que éste último lanzara sus lenguas de fuego primero y después la lluvia de arena y ceniza que, junto a la tormenta tropical, tantos estragos ha hecho en este país.

Pero también he visto la solidaridad de la gente, su participación en la limpieza de calles, parques, techos y avenidas. Y en medio del dolor, ayudar a la reconstrucción del paìs junto a sus autoridades, con el apoyo propia y de la comunidad internacional.
(*) josevillanuevad1@hotmail.com

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